Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para aprender un nuevo
idioma. Cuanto más pequeño sea el niño, más facilidades tendrá para
escuchar, familiarizarse, aprender otro idioma y convertirse en un niño
bilingüe. Parece ser que esta facilidad para aprender otro idioma,
además del estímulo materno, según los expertos, se debe a que en los
primeros años de la infancia se desarrollan determinadas zonas del cerebro fundamentales en el aprendizaje lingüístico.
Algunos estudios demuestran que el niño que habla dos idiomas
desarrolla más rápido ciertas destrezas como la atención selectiva, una
habilidad para concentrarse en detalles importantes y no hacer caso a la información confusa o que le distrae.
¿Qué quiere decir ser bilingüe?
Una persona bilingüe es aquella que puede entender, comunicarse y expresarse de una forma clara, perfecta y precisa, en dos idiomas distintos. Si esta persona hace lo mismo con más de dos idiomas se la denomina plurilingüe. El bilingüismo
es una realidad en muchas familias. La inmigración es uno de los
factores que crea la necesidad de aprender más de un idioma. En muchos
hogares, los niños se acostumbran a oír hablar a sus padres
más de un idioma, sea por sus orígenes o porque simplemente quieren
animar al niño a que aprenda un idioma de una forma más natural, en el
día a día.
Por qué los niños deben ser bilingües
Existen muchas razones por las que muchos padres se esfuerzan para
que sus hijos sean bilingües. El cambio de casa a otro país es una de
ellas. Un cambio en este sentido representa que a través de un nuevo
idioma y de un nuevo país, el niño irá aprender también una nueva
cultura, lo que será extremamente enriquecedor para toda la familia.
Sabemos que la multiplicidad de culturas y de lenguas representa una riqueza incalculable y un empujón hacia el progreso.
Otro idioma trae raíces, valores, cultura y toda una historia a los
niños. Otras de las razones que hacen que los niños sean bilingües es el
hecho de que residan en un país donde se hable más de un idioma, como
podría ser Canadá donde el inglés y el francés son lenguas oficiales y
un gran porcentaje de su población es enteramente bilingüe, casi sin
tener conciencia de ello.
Padre y madre con idiomas distintos
En familias,
donde el padre o la madre son de otro país, se despierta el interés de
sus hijos por hablar ambos idiomas. A pesar de que el niño adopta el
idioma del lugar de residencia con más facilidad porque es el que habla
también fuera de casa, si dentro le hablamos en otra lengua, la
aprenderá sin esfuerzo y con naturalidad. Los niños, naturalmente, no
quieren hablar otro idioma que no sea el que hablen con sus amiguitos,
compañeros del colegio
y demás personas. Pero si quieres que tu hijo hable el idioma de la
familia de su papá o de su mamá, dependerá solamente del empeño de los
padres.
Aunque el niño se resista a aprender el segundo idioma, el padre o la
madre que lo hable tendrá que continuar hablándolo en casa con sus
hijos. El bilingüismo
también puede no tener una razón evidente en una familia. Pero muchos
padres lo ven necesario para enriquecer el futuro académico y laboral de
sus hijos. Muchos creen que un segundo o tercer idioma puede abrir
puertas profesionales a sus hijos en un futuro.
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